¿Cómo entrenar luego de una lesión?

Algunas personas abandonan su entrenamiento y se niegan a la posibilidad de retomar sus actividades porque no saben cómo entrenar luego de una lesión.

Por este motivo, en el siguiente post te explicaremos cómo puedes hacerlo, continúa leyendo.

¿Por qué puede aparecer una lesión?

Hay quienes realizan su entrenamiento sin darle importancia a la ejecución correcta de los movimientos. En este sentido, no toman en cuenta que deben preparar el cuerpo de forma adecuada para el esfuerzo que le exigen o exigirán al mismo.

Sin embargo, es cierto que a pesar de que puedas tomar todas las precauciones, si tú practicas un deporte o te ejercitas frecuentemente, tienes el riesgo de sufrir una lesión en cualquier momento.

Una lesión puede ir desde leve hasta severa, pudiendo incluso limitarte o hacerte perder el funcionamiento de alguna parte de tu cuerpo, como puede ser:

  • Un músculo adolorido (debido a un esguince muscular).
  • Una inflamación de un tendón o ligamento.
  • Desgarro de un ligamento o músculo.
  • Dislocación de una articulación.
  • Fractura de un hueso.

La falta de tono muscular, la pérdida del equilibrio o un problema de flexibilidad pueden predisponerte a sufrir una lesión. Del mismo modo, te puedes lesionar por usar excesivamente un músculo o articulación, o por hacer un movimiento repetitivo.

Sin embargo, e irónicamente, la mejor manera de prevenir las lesiones es manteniéndote en forma. Por eso, escoge bien el tipo de entrenamiento o actividad física teniendo en cuenta tu capacidad y límites.

Por esta razón, sigue siendo crucial que emplees la forma adecuada para realizar los movimientos, y no olvides realizar el precalentamiento adecuado antes de comenzar y al finalizar.

¿Cómo sé si tengo una lesión?

Normalmente algunas sesiones de ejercicios provocan dolores al día siguiente. Pero, esto no es una señal de lesión necesariamente; en consecuencia, si quieres saber si tienes una lesión debe prestar atención a estas señales:

  • Sientes dolor, aunque estés en reposo.
  • Observas decoloración en el área inflamada o dolorida.
  • El área presenta sensibilidad excesiva ante el tacto.
  • Presentas dolor en una articulación.
  • Al moverte el dolor se incrementa.

¿Qué puedo hacer si me lesiono entrenando?

Si estás haciendo actividad física y sientes un dolor intenso, inmediatamente detén el movimiento, si no lo haces la lesión puede ponerse peor.

Por otro lado, si el dolor es demasiado intenso y comienza a hincharse el área o se te adormece, posiblemente, se deba a una fractura, por ello debes acudir inmediatamente al médico.

Sin embargo, si no tienes ninguno de estos síntomas, puedes tratar la lesión en casa colocando hielo en la misma para aliviar el dolor, disminuir la hinchazón y conseguir una recuperación rápida.

No obstante, si al transcurrir algunas horas o días el dolor o la inflamación no mejora, o incluso, aparecen nuevos síntomas, debes acudir al médico.

¿Cómo reintegrarte a una rutina de entrenamiento luego de una lesión?

Las lesiones que se producen como consecuencia de la actividad deportiva, pueden llegar a ser doblemente perjudiciales para la salud.

Resulta que, además de generar una desmotivación al pasar mucho tiempo en reposo y sin hacer ninguna actividad física, estas pueden desencadenar en una pérdida de forma física significativa y en un temor desmedido de repetir la lesión.

Igualmente, una lesión requiere más esfuerzo durante el tiempo que demore la recuperación. De hecho, la misma lesión puede hacer que te niegues a regresar a tu entrenamiento, pues puede que ya no te parezca como un asunto de prioridad.

De esta manera, retomar una rutina de entrenamiento es un proceso, que irá avanzando conforme avance tu lesión. Si deseas continuar a tu actividad física, toma las siguientes pautas:

Consulta con tu médico antes de tu regreso

Antes de considerar volver a realizar actividad física, debes consultar con tu médico, el especialista que está a cargo de tu recuperación. Él es el indicado para certificar cuando es el momento para volver a tu entrenamiento.

Sí tu médico considera que tu recuperación finalizó, el siguiente paso es regresar al entrenamiento de forma progresiva. Independientemente de la disciplina deportiva que ejecutes, nunca debes regresar de una lesión con la misma intensidad de antes.

Adáptate poco a poco

Primero, debes hacer una adaptación poco a poco y no forzar tu cuerpo. Al inicio puede que rechaces volver a poner a funcionar la parte de tu cuerpo que quedó lesionada.

Tal vez te sientas vulnerable o temeroso de que la lesión no esté curada, o también, puedes sentir miedo de producirte una nueva. Para superar esta situación debes centrarte en no renunciar a tu intención de entrenar a pesar de que el nivel de esfuerzo va a ser inferior.

Lo mejor para readaptarte, es realizar ejercicios de rehabilitación. Si vas a un médico especialista, probablemente te refiera a una fisiatra o un fisioterapeuta para comenzar la rehabilitación física de tu cuerpo.

Esto volverá a poner en forma a tu cuerpo, haciendo ejercicios progresivos y enfocados en el fortalecimiento del área lesionada. Sin embargo, igual estarás trabajando tu cuerpo en general.

Trabaja en función de tu capacidad física

 Jessica Davo Garcia Jessica Davo Garcia

Es importante que seas realista con tus objetivos y tu situación concreta, tanto en lo físico como en la percepción de tu mejoría. De nada te sirve forzarte demasiado, con el problema consiguiente de salud que te puede acarrear.

Igualmente, tampoco significa que tienes que hacer una rutina muy por debajo de tu nivel, simplemente debes mantener metas realistas que no impliquen ni un sobreesfuerzo ni un esfuerzo mínimo.

Asimismo, puedes utilizar el dolor y la inflamación como una guía, para saber en qué momento puedes aumentar la frecuencia y la intensidad y cuando debes parar.

De esta manera, lo mejor es que empieces haciendo ejercicios exploratorios, para ver cuánto aguantas (tanto de intensidad como de peso), como te va con el dolor y cómo te sientes en la posterior recuperación.

Desde ahí, puedes sentar una base, donde puedes ir agregando peso o incrementando el número de repeticiones conforme mantengas tu rutina.

Por supuesto, escucha las recomendaciones de un entrenador deportivo o de un fisioterapeuta. Ellos, aparte de indicarte cómo debes hacer los movimientos, podrán ayudarte en la planificación de tu programa de recuperación.

Plantea diversificar tu entrenamiento

Al regresar de tu lesión, puedes sentir que el ejercicio que realizas hace hincapié en la zona en la que sufriste la lesión.

Por ese motivo, estará muy bien si diversificas tu entrenamiento y te abres hacia otras disciplinas. Desde esta perspectiva, la lesión puede ser positiva, si tienes en cuenta que te puede servir para hacer un stop y terminar abriéndote a nuevas formas de entrenar.

Además, es recomendable que inicies esta etapa acompañado, no te dé miedo pedir ayuda. Así, realiza tu entrenamiento en compañía de otras personas que te sirvan de apoyo y te brinden ánimo.

No olvides recompensar tu propio esfuerzo, tu trabajo bien hecho, prémiate a ti mismo positivamente. Es importante para tu situación, aun cuando el progreso sea pequeño, busca la manera de sacar brillo a lo bueno que esto representa.

Comunícalo, disfrútalo con todos, celebra tus triunfos con los demás, acuérdate que es un camino largo, pero que valdrá la pena que recorras.

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